Toledo huele a Corpus, los toledanos se preparan para vivir un año más su Fiesta Grande. Aunque las circunstancias de este año obligan a evitar aglomeraciones y a desconvocar la histórica y rica procesión, con cientos de participantes, y sustituirla por una modesta incursión en la Plaza del Ayuntamiento, para ofrecer la exposición de la Custodia en la Puerta del Perdón o de Reyes.
Menos no es más
Menos calles de fresco tomillo, pocos toldos alzados… unos gigantones y cabezudos asomados inmóviles al balcón del Ayuntamiento, una Tarasca, varada en Zocodover, con su Ana Bolena estática que no girará sobre la bestia, ni alzará sus rubios cabellos a lo loco, y por tanto no desatará todos los males, bastante tenemos ya…
Nota sobresaliente en color
Eso sí, adornos florales por rincones y calles inesperados, en sus cucuruchos coloridos fucsias y anaranjados, alguna que otra guirnalda y mantones, muchos mantones de manila y otros bordados en Lagartera, desplegados por todas las balconadas de la plaza de Zocodover.
¿Pero hay procesión o no?
Una procesión mínima, discreta, aséptica para evitar propagación de males mayores… eso sí, culminada por el homenajeado: Cristo Eucaristía, custodiado en la famosa Custodia de Enrique de Arfe y Jaume Almerique, que también este último tuvo algo que ver aunque no se haya llevado la fama, pero no hay más que asomarse al interior de la torre de planta hexagonal de más de tres metros de plata dorada, joya descomunal, para descubrir la joya de la corona, y nunca mejor dicho, de la Reina Ysabel.
El corazón del corazón
Pocos saben que esta pieza encierra una verdadera historia de amor: la de la Reina que en su testamento ordena y manda se vendan sus bienes en almoneda pública, y se entregue el dinero a los pobres, y así se hizo incluida su valiosa custodia de asiento, corazón y origen de la gran Custodia de Toledo. Esto para los que todavía dicen que la Iglesia debería vender sus bienes y dárselos a los pobres. Pues que sepan, que esto ya se hizo en el caso de esta pieza.
¿Cómo era la procesión antigua?
Según nos cuenta el profesor Carlos Vizuete, al que agradecemos sus escritos y sabiduría, en Toledo hay noticia de la celebración de la fiesta del Corpus en 1343, puesto que ese día se reparte cera extra entre los clérigos de la Catedral. ¡¡Y ya en 1418 aparece la referencia explícita a la procesión por las calles!!
Gracias a los documentos del Archivo Catedralicio, Cabildos, decisiones, órdenes y pagos conservados y a los referentes a las Cofradías eucarísticas de las parroquias de la ciudad, podemos dibujar la silueta de lo que ya entonces fue la fiesta más querida y celebrada de la ciudad de Toledo.
Detrás de todo, una mujer
Las Cofradías eucarísticas fueron iniciadas en 1502 en la Catedral, por una santa mujer, doña Teresa Enríquez, y su misión era celebrar el culto a Jesús Sacramentado, en las solemnidades del Corpus Christi y el Jueves Santo, “con cera”, y en otras fiestas, así como acompañar dignamente el cortejo para llevar la comunión a los enfermos, proveer de aceite y cera la lámpara del Sagrario, para alumbrar al Santísimo en sus capillas, así como realizar obras de caridad como dar de comer, limosna, camisas y zapatos a los pobres.
Más procesiones breves
Este año superaremos el record de procesión corta, de Puerta Llana a Puerta de Reyes y regreso, puesto que las primeras procesiones del siglo XV, tenían un recorrido más corto, aunque no tanto, por el exterior del templo catedralicio, atravesando las calles que rodean los muros de la catedral, saliendo por la puerta del Perdón y regresando por la del Reloj. Durante el siglo XVI, se fue ampliando para dar cabida a más participantes hasta que en 1574, tenemos noticia de que el recorrido alcanza la Plaza de Zocodover. Es en este momento cuando la incorporación al cortejo de gremios y cofradías sacramentales, perfectamente jerarquizados, según su antigüedad más cerca de la Custodia, es mayor.
Con el rey más pío
En tiempos de Felipe II, había más de 176 Cofradías Sacramentales, repartidas en las 100 parroquias de la ciudad. A éstas les siguen todavía un mayor número de miembros de la clerecía catedralicia revestidos de vestiduras litúrgicas, portando velas y luminarias, reliquias y cruces, junto al clero de las parroquias de la ciudad.
¡Que empiece la música y la fiesta!
Por los pagos realizados tras la procesión, deducimos que en ella poco a poco se van introduciendo danzas o autos, tenían cabida músicos, principalmente chirimías y clarín, así como el pequeño órgano transportable o realejo, que pondría música a las danzas de gitanillas y tradicional danza de espadas que también aparece entre los gastos.
Entre los adornos, además de los tapices catedralicios, los cielos para cubrir el recorrido y los altares en lugares señalados, encontraremos los ramilletes de azucenas y naranjos.
Dulces y refrescos para celebrar
No faltará la fraternal colación tras la procesión en la que los refrescos favoritos entonces: agua de canela y nieve, son mojados con docenas de bizcochos y azúcar rosado.
Este año 2021, el de la reconstrucción con la pandemia dando coletazos, nos faltarán cofradías, gremios, caballeros, capítulos y hasta clero, pero que no nos falte esa colación fraterna, ese compartir la fiesta en familia, como el mejor dulce que no amarga y que permanece.
¡Feliz Corpus 2021!